CULTURA Y TECNOLOGÍA
Cada cultura distribuye de modo diferente la realización de
las funciones y el
usufructo de sus beneficios. Como la introducción de nuevas tecnologías
modifica y reemplaza funciones humanas, cuando los cambios son suficientemente
generalizados puede modificar también las relaciones humanas, generando un
nuevo orden social. Las tecnologías no son independientes de la
cultura, integran con ella un sistema socio-técnico inseparable.
Las tecnologías disponibles en una cultura condicionan su forma de
organización, así como la cosmovisión de una cultura condiciona las tecnologías que
está dispuesta a usar.
En su libro Los orígenes de la
civilización el historiado Vere Gordon Childe ha
desarrollado detalladamente la estrecha vinculación entre la evolución
tecnológica y la social de las culturas occidentales, desde sus orígenes
prehistóricos. Marshall McLuhan ha
hecho lo propio para la época contemporánea en el campo más restringido de las
tecnologías de las telecomunicaciones.
En este largo viaje que hemos realizado en
las páginas anteriores, podemos darnos cuenta de la manera como la tecnología
transformó las condiciones de existencia de la sociedad y se coloca como uno de
los elementos centrales a ser pensados y desarrollados en estos tiempos.
Modificó la forma del capital dominante, transformó a su asalariado, modificó
las formas del derecho que se habían establecido, exigió replanteamientos
políticos, consumó la globalización cultural y ahora entra en el entramado
educativo con fuerza propia exigiendo su lugar junto a un conocimiento que cada
vez más se desarrolla desde y con las posibilidades que la tecnología brinda.
Si bien ciencia y tecnología son dos aspectos
diferentes y complementarios –cada uno con sus procedimientos propios, con sus
metodologías, con sus procesos de constitución y de construcción de saber y de
productos– hoy son dos aspectos que tienen que ser trabajados en forma
complementaria, por el lugar que la una y la otra han comenzado a jugar en la
sociedad globalizada. En ese sentido, tienen distintas manifestaciones en el
hecho educativo que pueden llamar a confusiones. En forma muy breve,
diferenciaré cinco que nos permiten y exigen algunas definiciones:
La
educación técnica como aprendizaje de oficio,
La
educación tecnológica como profesionalización,
La
educación en tecnología como área en el proceso educativo,
La
formación en cultura tecnológica como un contenido transversal a todo el
sistema educativo, y
El
uso de tecnología en educación como la incorporación de objetos tecnológicos
para procesos de enseñanza y aprendizaje.
Pero antes de hacer este abordaje se hace
necesario colocar unos presupuestos que van a hacer posible elaborar una
caracterización muy rápida de esos hechos educativos. El hecho básico para
constituir procesos educativos es reconocer cómo hoy existe un correlato entre
ciencia, tecnología y conocimiento escolar y está constituido por el peso que
en los procesos de educación de los últimos 50 años ha ido tomando la educación
como prerrequisito para la incorporación en el mundo del trabajo. Pero en el
último período, agudizado por un fenómeno en el cual los objetos tecnológicos
invadieron la vida cotidiana en todos los ámbitos y en todas las edades, ese
paso de la formación para el trabajo a ese acceso en la vida cotidiana marca
una diferencia en la relación con el mundo de los objetos tecnológicos.
Ese paso de proceso productivo a vida
cotidiana implica también no sólo una serie de aprendizajes de manejo técnico,
sino una manera de ser de diversos procesos científicos que hacen posible el
hecho tecnológico y que son incorporados a nuestra vida diaria. Por ello, el
conocimiento escolar es transformado a tal velocidad, porque va a requerir no
sólo explicar muchos contextos y formas de existencia de lo tecnológico en la
vida cotidiana, sino también porque en un mundo cada vez más globalizado, ella
es principio y explicación de cantidad de fenómenos que unen lo local con lo
universal. Por eso pudiéramos hablar de que estamos impregnados de mediaciones
tecnológicas que han transformado el panorama cotidiano de cualquier habitante
del planeta en la esfera inmediata de su vida.
EDUCACIÓN TÉCNICA
Pudiéramos decir que esta mirada es la que ha
venido haciendo tránsito en nuestra realidad y que viene en la evolución de la
educación desde el artesano hasta las escuelas de artes y oficios y que han
hecho en nuestros países carrera a través de los servicios nacionales de
aprendizaje (SENA, SENAI, SENAE, SENATI) y que buscan fundamentalmente una
especie de aprendizaje de oficio, una especie de entrenamiento para ser
trabajador.
Esta mirada fundamentalmente está preocupada
por el entrenamiento y sus métodos pedagógicos están orientados
fundamentalmente a aprendizajes por vía de la instrucción y sus resultados son
productos para uso cotidiano. Normalmente, este sector es generador de talleres
propios y de una serie de talleres intermedios que buscan responder satisfacer
las necesidades inmediatas de la población y desde ahí el problema central de
la educación es dotarlo de ese contenido práctico inmediato que pueda tener una
aplicación directa en el mundo laboral, con competencias más prácticas.
EDUCACIÓN TECNOLÓGICA
Es el lugar asignado en la educación media o
bachillerato clásico a la formación profesionalizante que se comenzó a
desarrollar en los últimos años de la enseñanza secundaria y que tomó el camino
de la educación que recibían sectores pobres que no tenían condiciones
económicas para ir a la universidad, dotando a éstos de un manejo de
habilidades y ciertos conocimientos que les permitían emplearse como personal
de confianza y ayudantes de algunos trabajadores calificados o de algunas
profesiones como ingeniería, arquitectura, administración, entre otras.
En esta versión de la educación tecnológica
se buscaba una especialización desde una disciplina más o menos experimental
que permitiera la construcción de objetos tecnológicos o técnicos y éstos eran
los que iban a garantizar la incorporación al trabajo de estas personas. Por
ello, este grupo humano no necesita una formación intelectual muy de fondo ni
en aspectos de ciencia ni en aspectos sociales ni en aspectos valorativos,
porque lo fundamental es aprender su oficio para una pronta incorporación en el
mercado de trabajo. Esta visión ha hecho carrera en las nuevas leyes de
educación que se han desarrollado en el continente, ya que bajo la forma de
educación media se ha venido regularizando este funcionamiento produciendo
nuevamente una separación tajante entre la cultura académica que lleva a la
universidad y la cultura tecnológica que forma mano de obra intermedia.
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